La fresa (Fragaria×ananassa Duch.) es una planta de la familia Rosaceae y destaca por su contenido de vitamina C, taninos, flavonoides, antocianinas, catequina, quercetina, kaempferol y ácidos orgánicos . El cultivo de la fresa tiene importancia socioeconómica para México, por su gran demanda de mano de obra y porque genera una proporción considerable de los ingresos por exportaciones frutícolas (Sánchez, 2008).
Los principales estados productores de fresa en México son Michoacán con 5896 ha y Baja California con 2273.30 ha sembradas (SIAP, 2014).
El género Phytophthora es un oomiceto, está entre los principales agentes causales de enfermedad y es el responsable directo de pérdidas económicas altas en el cultivo de la fresa. La humedad relativa elevada, humedad abundante del suelo y la temperatura de 25 a 30 °C aumentan la severidad de Phytophthora capsici (Granke et al., 2012; Sanogo y Bosland, 2013; Callaghan et al., 2016). Las plantas hospedantes infestadas con Phytophthora spp. muestran frecuente marchitamiento, clorosis y resquebrajamiento de tallo, por lo que se debilitan, son susceptibles a otros patógenos y mueren (Dorantes et al., 2008).
Los exudados de la raíz de plantas de fresa colonizadas con Hongos Micorrízicos Arbusculares (HMA) reducen la esporulación de Phytophthora fragariae (Norman y Hooker, 2000). En plantas de fresa micorrizadas hay tolerancia a la marchitez causada por Fusarium oxysporum, pero se conoce poco de los mecanismos de tolerancia a la enfermedad en plantas micorrizadas (Matsubara et al., 2012). La micorriza arbuscular y las bacterias promotoras de crecimiento vegetal (PGPR’s) tienen efecto protector contra enfermedades causadas por algunos patógenos de raíz como Phytophthora capsici, Erwinia carotovora y Pseudomonas syringae (Dorantes et al., 2008).
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